4 abr 2012

¿y el Ringen para qué? Parte 2

Siguiendo con el post anterior, el Ringen nos da aún otro conocimiento útil: el manejo de distancias. A mi me gusta decirle a todas las personas a las que les enseño Ringen que para luchar bien, debemos ser cariñosos y querer mucho a la persona con quien luchamos, lo que es más, hay que quererla tanto que literalmente buscamos pegarnos cual muéganos.

Al hablar de lucha, creo importante tener dos conceptos en mente: distancia y espacio.

Distancia va a ser directamente qué tan cerca o lejos está nuestro oponente dada, en especial, por los pies, es decir, cuántos pasos hay de aquí a nuestro oponente. En el caso del Ringen, se busca la distancia corta, porque a la larga no podemos hacer nada (si, es un juego de palabras y si, aclaro por si no se entiende).

Espacio, de manera similar, va a ser la distancia que existe entre nuestro cuerpo y el de el contrario al momento de estar en el clinch o ejecutando una técnica.

Aunque estos dos conceptos puedan parecer lo mismo y confundirse fácilmente, hay técnicas que consisten en cerrar la distancia y aumentar el espacio y otras que hacen lo contrario.

Volviendo al tema, en Ringen hay que tener un manejo excepcional de la distancia pues se trata de controlar al oponente, que puede o no estar armado, ser más grande, etcétera.

Cuando el oponente está armado y nosotros no, hay que saber cerrar la distancia de la mejor forma posible, lo cual introduce también el manejo del ritmo y, por consiguiente, del tiempo.

Así es, todo esto se entrelaza, pero aquí lo desgloso de forma más o menos confusa para tratar de explicarlo.

Entonces, con nuestro paquete del dos por uno (distancia y tiempo), el ringen nos obliga a entender el ritmo en el combate, pues de lo contrario el cierre de distancia contra un oponente armado se vuelve imposible, cuando no sencillamente suicida. Es ese manejo del tiempo, también, el que nos va a permitir ejecutar las técnicas, pues las ventanas de oportunidad para que una técnica X funcione son relativamente pequeñas y hay que saber aprovecharlas.

El manejo del ritmo también nos va a permitir jugar con el mismo, lo que además de desquiciar a nuestros oponentes nos capacita para "predecir" en cierto modo las acciones del otro. Esta predicción se reduce más bien a saber cuál es el próximo movimiento que desde una postura X o Y es más sencillo y factible de ejecutar o dónde y cómo va a concluir un ataque, siguiendo también el ritmo del combate y cómo puedo a) modificarla b) interrumpirla o c) esquivarla.

Ojo, este juego predictivo no es 100% infalible, pero si lo sabemos usar adecuadamente, con el establecimiento del ritmo y un buen manejo de las distancias, podemos "colocar" al oponente en una postura benéfica para nosotros. O como dícen los sajones, un "set-up".

¿y el Ringen para qué? Parte 1

A mi gusto, una de las mayores deficiencias de los esgrimistas y, en general, de cualuqier persona que dedique su tiempo a estudiar un arte marcial que implique armas (del lado oriental, Kendo, por ejemplo) es la poca o nula atención que se le presta al aspecto de la lucha desarmada.

Si, lo sé, puede sonar como una paradoja, cuando no una soberana contradicción.
Si practico esgrima con espada larga ¿para qué quiero saber lucha desarmada? Despues de todo, un oponente armado lleva las de ganar contra uno desarmado ¿no?.

Pues bien, déjenme decirles que la lucha es algo que no tiene desperdicio, por muchos motivos. Para empezar, es una solución eficiente, cuando no elegante, para aquellas ocasiones en las que el oponente decide cerrar mucho la distancia, al punto de hacer poco efectiva el arma.

Más allá de eso, el ringen es una excelente herramienta para aprender a utilizar el arma más importante: nuestro propio cuerpo.

Para aquellos de nosotros que queremos ver las artes marciales occidentales como sistemas eficientes de combate, en mi caso enfocado a la defensa personal, el ringen debería ser el primer punto a tratar como base para el entrenamiento porque, desafortunadamente, no podemos contar con que llevaremos nuestra espada, messer, pollaxe o ballesta por todos lados y en toda situación, así que una dependencia excesiva del arma resta la efectividad del sistema.

Las ventajas de saber los rudimentos de la lucha comienzan por el movimiento. Por supuesto que todo estilo de combate que se precie de serlo nos va a mostrar cómo movernos utilizando la menor cantidad de energía y generar el mayor efecto posible. Economía en el movimiento. Pero a diferencia de una pelea con armas, en la lucha desarmada esto es especialmente cierto, pues hay que llevar todos esos principios al extremo a fin de que cualquier individuo, no importando su tamaño, peso, etcétera, pueda prevalecer sobre su oponente. Como diría Ringeck, si siempre ganaran los fuertes, no sería este un arte verdadero.

Dentro del movimiento, el Ringen invita a explorar las capacidades del cuerpo, hasta dónde y cómo se puede mover cada articulación, cómo colocar mejor nuestro centro de gravedad, cómo desplazarlo y no caer en el proceso. Créanme cuando les digo que hay muchas personas que no son, de hecho, completamente conscientes de qué tanto pueden mover algo y en qué direcciones se puede o no hacerlo. En este mundo moderno y sedentario, la propiocepción no es algo que debamos dar por sentado, pues aunque nadie hace movimientos imposibles (o si no, no serían tales), relativamente pocos son los que prestan atención alguna a los que se pueden.

En esta exploración de la capacidad del cuerpo se aprenden dos cosas, verdad de perogrullo: qué es lo que podemos hacer con qué y qué no. O, en palabras más útiles para nos los que luchamos: qué es, cómo funciona y cómo lo rompo. Una de las mayores fortalezas que nos da el Ringen en este sentido, es el cómo explotar (y defender) las debilidades del cuerpo humano.