Siguiendo con el post anterior, el Ringen nos da aún otro conocimiento útil: el manejo de distancias. A mi me gusta decirle a todas las personas a las que les enseño Ringen que para luchar bien, debemos ser cariñosos y querer mucho a la persona con quien luchamos, lo que es más, hay que quererla tanto que literalmente buscamos pegarnos cual muéganos.
Al hablar de lucha, creo importante tener dos conceptos en mente: distancia y espacio.
Distancia va a ser directamente qué tan cerca o lejos está nuestro oponente dada, en especial, por los pies, es decir, cuántos pasos hay de aquí a nuestro oponente. En el caso del Ringen, se busca la distancia corta, porque a la larga no podemos hacer nada (si, es un juego de palabras y si, aclaro por si no se entiende).
Espacio, de manera similar, va a ser la distancia que existe entre nuestro cuerpo y el de el contrario al momento de estar en el clinch o ejecutando una técnica.
Aunque estos dos conceptos puedan parecer lo mismo y confundirse fácilmente, hay técnicas que consisten en cerrar la distancia y aumentar el espacio y otras que hacen lo contrario.
Volviendo al tema, en Ringen hay que tener un manejo excepcional de la distancia pues se trata de controlar al oponente, que puede o no estar armado, ser más grande, etcétera.
Cuando el oponente está armado y nosotros no, hay que saber cerrar la distancia de la mejor forma posible, lo cual introduce también el manejo del ritmo y, por consiguiente, del tiempo.
Así es, todo esto se entrelaza, pero aquí lo desgloso de forma más o menos confusa para tratar de explicarlo.
Entonces, con nuestro paquete del dos por uno (distancia y tiempo), el ringen nos obliga a entender el ritmo en el combate, pues de lo contrario el cierre de distancia contra un oponente armado se vuelve imposible, cuando no sencillamente suicida. Es ese manejo del tiempo, también, el que nos va a permitir ejecutar las técnicas, pues las ventanas de oportunidad para que una técnica X funcione son relativamente pequeñas y hay que saber aprovecharlas.
El manejo del ritmo también nos va a permitir jugar con el mismo, lo que además de desquiciar a nuestros oponentes nos capacita para "predecir" en cierto modo las acciones del otro. Esta predicción se reduce más bien a saber cuál es el próximo movimiento que desde una postura X o Y es más sencillo y factible de ejecutar o dónde y cómo va a concluir un ataque, siguiendo también el ritmo del combate y cómo puedo a) modificarla b) interrumpirla o c) esquivarla.
Ojo, este juego predictivo no es 100% infalible, pero si lo sabemos usar adecuadamente, con el establecimiento del ritmo y un buen manejo de las distancias, podemos "colocar" al oponente en una postura benéfica para nosotros. O como dícen los sajones, un "set-up".